jueves, 6 de octubre de 2011
Alma de Maestra
¿Qué siente un docente cuando entra
en el límite del aula y establece una frontera
para abrir su paraguas de estrategias?
Siente acaso la caricia de los niños
retozar por andenes de ternura,
caminar por la palma de la mano
y absorber el anhelo de sus sueños.
Siente acaso la alegría cotidiana
de andar sin descanso por el aula,
de encontrar un atajo solitario
donde pueda aliviar tanta palabra,
donde pueda encontrar un derrotero
y cuidar a sus alumnos sin desmedro.
Siente acaso el silencio
y la distancia
cuando pasan los años por su frente
y comprueba que la siembra
ha prosperado,
por que toda su elocuencia
ha servido para hilar cada semilla.
Siente acaso el gozo de ser tierra
donde abrevan horneros de la infancia,
donde al alba el sol se torna rosa
para ver que a pesar de los inviernos
se puede florecer en primavera.
¿Qué siente un docente cuando entra
en el límite del aula y establece una frontera
para abrir su paraguas de estrategias?
Siente en todo su esplendor
que ha cumplido su tarea
que ha florecido en promesas
que ha ofrecido en racimos a la Patria
el ardor de su alma de Maestra.
Prof. Elbis Gilardi
Setiembre 2011
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